sábado, 24 de marzo de 2012

Día 11, Takeshita Dori, Shibuya, Akihabara y la fiesta en Shibuya (Parte I)

Tras mucho tiempo (demasiado incluso) sin haber publicado ningún diario de viaje desde aquel décimo día en el que contábamos nuestra experiencia en el Parque Yoyogi después de haber salido de fiesta por Shibuya y no haber dormido, por fin os traemos el resumen de nuestro undécimo día en Tokyo, un día bastante ajetreado por cierto.


Amanecimos bastante pronto, ya que teníamos planeadas muchas cosas para hacer ese penúltimo día. La idea inicial era aprovechar la mañana y el mediodía dando una última vuelta por Takeshita Dori, Harajuku y Shibuya, y a la tarde reunirnos con Joe (click aquí si se trata de un personaje nuevo para ti en esta historia) y un par de amigos suyos en Akihabara, para que nos enseñasen sitios que no habíamos visto en nuestra primera visita. Además, Pablo se tenía que marchar esa misma noche, ya que su avión salía a las 05:00 de la mañana y debía coger el último tren hacia el aeropuerto de Haneda para pasar allí la noche. En cualquier caso, y como podréis comprobar todo se lió más de la cuenta.


Una vez despiertos y duchados, bajamos a la recepción del hotel y volvimos a alquilar las 3 bicis de otros días, para así poder ahorrar algo de dinero y no gastárnoslo en el metro. No teníamos mucho tiempo que perder así que decidimos pedalear hasta Takeshita Dori y desayunar sobre la marcha en algún puesto callejero. La famosa calle Takeshita está repleta de puestos en los que comprar algo para almorzar, y nosotros nos decantamos por una especie de crêpe-cucurucho-helado como los que podéis ver en la imagen inferior. La verdad es que la elección de los ingredientes no fue nada fácil, ya que los había de decenas de clases diferentes. Por haber, había hasta crêpes de ensalada!


Después de haber cargado nuestras pilas para poder aguantar hasta la hora de comer, aprovechamos la multitud de tiendas que hay por Harajuku para hacer unas compras de última hora por aquella zona, y a continuación volvimos a coger las bicis para desplazarnos hasta el distrito de Shibuya y perdernos entre sus calles una vez más.

Allí también teníamos que realizar algunas compras relacionadas con unos encargos que nos habían hecho así que al cabo de un rato paseando por la zona, nos dirigimos al enorme centro comercial “Shibuya 109”, el cual alberga una gran cantidad de tiendas de ropa, moda y complementos, y por ende, muchas, muchas chicas guapas.


Hacia el mediodía el hambre se comenzó a apoderar de nosotros y comenzamos a buscar un sitio para comer. Por muy increíble que parezca, a pesar de que llevábamos 11 días en Tokyo, aún no habíamos comido Sushi así que marcamos nuestro objetivo y nos pusimos a buscar uno, a poder ser giratorio.

A escasos metros del cruce de Shibuya encontramos uno (llamado Sushi Daidokoya) con buena pinta y con un precio muy asequible, por lo que nos decidimos a entrar y comer ahí. Las opciones eran muy variadas, pudiendo elegir desde diferentes tipos de sushi individuales, pasando por “packs” con un variado de sushi y maki, hasta unos cuencos de arroz en cuya parte superior había distintas clases de pescado (sepia, atún, salmón…). Finalmente cada uno de nosotros 3 decidió coger un cuenco al que Ibón añadió varias piezas más de sushi, mientras que Gorka y Pablo pidieron además del cuenco, una bandeja con un variado de sushi y maki.

Fotos del local (adquiridas de comerjapones.com)
Sinceramente la jugada pudo haber sido un tanto precipitada ya que, hasta la fecha, el único sushi/maki que habíamos probado era el que sirven en los woks o restaurantes chinos de nuestra ciudad (esos de paga 10€ y come todo lo que puedas), y a decir verdad, no nos habían gustado en exceso por su exagerado sabor a mar. Su sabor había sido como meter la cabeza en el agua de la playa y pegar un gran trago de agua salada. Vamos, no muy agradable. Por otro lado es comprensible: comida ilimitada por 10€, ¿qué esperas?

Sin embargo, el sabor de aquel sushi nada tenía que ver con cualquier cosa que hubiéramos probado anteriormente. Sabía a mar/alga/sal, si, pero solo hasta cierto punto, lo cual permitía que pudieses disfrutar de todo el sabor del pescado, ya fuese atún, salmón, calamar… En resumen, toda una delicia por un precio muy asequible que dudo superase los 1000 yenes. Lástima haber descubierto tan tarde aquel restaurante.


Al salir del sushi giratorio, y para bajar un poco la comida, nos dirigimos hacia el Starbucks que esta en pleno cruce de Shibuya, desde donde por cierto se pueden contemplar unas espectaculares vistas de la zona y apreciar la gran cantidad de gente que pasa por ahí a cada momento.


Para cuando terminamos de grabar algún video desde ahí arriba, hacer algunas fotos y tomarnos el café el tiempo se nos había echado encima y no nos quedó otra opción que coger las bicis e ir hasta el hostal para poder entregarlas a tiempo.

En unos días, la gran continuación del día 11!

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2 comentarios:

  1. Interesante entrada. Casi no tengo tiempo de leer blogs pero, siempre que puedo, me paso a "veros" o "leeros".

    ¡Quiero volver! ;-)

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    Respuestas
    1. Muchas Gracias Jeijo ya te echábamos de menos.

      Creo que todos queremos volver, es raro pero algo de nosotros se ha quedado ahí... Suena un poco a topicazo pero... no se puede explicar.

      TENEMOS QUE VOLVER A LA ISLA!

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